Los equipos deportivos, así como los entrenadores, instruyen al niño en una serie de valores en un ámbito alejado del colegio. No obstante, tanto el deporte como el colegio comparten una serie de "ingredientes" que funcionan como nexo en el aprendizaje del niño: un grupo de gente de su edad, una determinada disciplina, una figura docente (profesor-entrenador) y unos objetivos a lograr. Son estos objetivos los que el niño percibe con más facilidad en el deporte (le sale un buen lanzamiento, mete una canasta, consigue un punto...). Todo ello es transportado por el propio chico al trabajo escolar. De esta manera, y según el estudio, el mejor resultado de estos niños lo encontramos en la elaboración diaria de sus deberes debido a un incremento de su responsabilidad. Es más, quedó también demostrado que los chicos que practican deporte, poseen una mayor disposición para aprender e ir a la escuela, lo que facilita su trabajo en el día a día.
Concluyendo, vemos cómo el deporte, además de aportar salud y un adecuado desarrollo a los niños, aumenta su rendimiento (y resultados) académicos, al igual que crece su responsabilidad y educación.
A un adulto que haya leído esta información, una pregunta lógica se le viene a la cabeza: "¿mejoraría mi rendimiento en el trabajo si hiciera deporte?". En futuras publicaciones de AretéSport, descubriremos cómo puede influir el ejercicio físico en el rendimiento laboral en personas adultas.
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