Se acaba el verano, y con él un periodo habitual de descanso en nuestro entrenamiento, un descanso necesario para no sufrir el síndrome de sobreentrenamiento del que ya hablamos en Areté Sport. Como pasa después de todo descanso prolongado, a nuestro cuerpo le cuesta adaptarse al ejercicio que, semanas antes, realizábamos con mayor facilidad. ¿Qué le ha pasado a nuestro cuerpo durante todo este tiempo?

No debemos olvidar que las distintas rutas energéticas tienen un tiempo de actuación idóneo, que nos llevará a un buen rendimiento deportivo. El descanso altera ese tiempo de actuación, repercutiendo de forma significativa en nuestro entrenamiento. Es por ello que nos serán necesarias varias sesiones para lograr el nivel del que disponíamos antes del verano.
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Tras semanas de descanso, serán necesarias varias sesiones de entrenamiento para devolver la normalidad al rendimiento energético del que disponíamos, así como su eficiencia. |
Un error del que se peca con cierta frecuencia, es querer realizar el mismo entrenamiento que hicimos justo antes de empezar con nuestro descanso. Es algo que, además, de imposible, puede desembocar en una mínima eficiencia de nuestra preparación, o lo que es peor, en una lesión. Lo que nuestro cuerpo pide en estos primeros compases del ejercicio es aclimatar los músculos de nuevo a la rutina del entrenamiento.

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