22 de abril de 2012

ESTIRAMIENTOS: ¿PASIVOS O DINÁMICOS?

                  Son numerosas las investigaciones realizadas en la actualidad sobre los beneficios de los estiramientos antes de la práctica deportiva. Algunas de ella defienden un tipo de estiramiento, el pasivo, y otras muchas, el estiramiento dinámico. Lo normal en el mundo del deporte a lo largo de los años, e incluso en la actualidad, ha sido realizar una serie de estiramientos pasivos, en los que tanto los músculos, como los tendones se flexibilizan, perdiendo de esta manera eficacia muscular a la hora de realizar un movimiento. A continuación veremos las características de cada uno de ellos y analizaremos qué tipos de ejercicios son más recomendables para los distintos deportes.

                  Para conocer más sobre los distintos estiramientos, definiremos cada uno de ellos: los estiramientos pasivos son aquellos en los que el ejecutante no ejerce fuerza, sino que el estiramiento y la posición se deben únicamente a un agente externo que lleva al individuo al límite de su movilidad pasiva. Los ejercicios representativos de estos estiramientos son recomendables para deporte poco explosivos, en los que la amplitud de movimiento sea de gran importancia

Ejemplo de estiramiento pasivo.

                   Por otra parte, nos encontramos con los estiramientos dinámicos, con los que tratamos movilizar y estirar nuestros grupos musculares involucrando de una forma activa las distintas cadenas de músculos. Es evidente que la práctica de estos estiramientos llevan consigo el movimiento del sujeto. Con este tipo de ejercicios, conseguiremos además estirar el tejido conjuntivo, constituido por tendones y ligamentos, tejidos que limitan verdaderamente el movimiento. 


Ejemplo de Est. Dinámico
                    Especialistas de la materia, como Francisco Ayala Rodríguez, defienden que para prevenir lesiones, debemos estirar de forma dinámica antes de comenzar con el entrenamiento o la actividad física que vayamos a realizar. Además de lograr un mayor grado de flexibilidad en nuestros músculos, estos estiramientos nos permiten aumentar la temperatura del sistema locomotor de nuestro cuerpo, lo que lleva a la posibilidad de realizar contracciones más rápidas y potentes, y sobretodo,  absorben más energía tensional, y eso conlleva menos lesiones.

                    Existe otra remota posibilidad que consiste en no realizar estiramientos antes del entrenamiento ni después. ¿A qué se debe esta rutina? La mayoría de estiramientos, sean del tipo que sean, llevan implícitos una mayor elasticidad en los tendones. Los tendones son los encargados de convertir la energía que genera el músculo en movimiento, son los responsables de la eficacia muscular. Por tanto, cuanto más rígidos estén los tendones, más explosivos serán los movimientos. Fácil es pensar que el hecho de no realizar estiramientos va enfocado a una práctica deportiva de élite, pero que no es nada recomendable para mantener la salud de nuestro cuerpo ya que se pueden producir lesiones como la tendinitis.



                    Con estos datos en mano, podemos asegurar que los estiramientos dinámicos son los más recomendables desde el punto de vista saludable para practicar antes de realizar cualquier tipo de actividad física de cierta intensidad. 




16 de abril de 2012

PRÓXIMAMENTE...

Muy pronto, el blog estará de nuevo en pleno funcionamiento. Se expondrán diversos temas en los que veremos:

  - Ejercicios de abdominales hipopresivos
  - Distintos deportes, distintas dietas
  - Herramientas útiles para medir nuestro entrenamiento.
  - Competitividad, ¿un valor para inculcar?
  - ¿Estiramientos pasivos o dinámicos?


6 de abril de 2012

TÉCNICAS DE RELAJACIÓN: LA EUTONÍA DE GERDA ALEXANDER


                                        Es frecuente volver a casa tras un entrenamiento, una sesión de gimnasio o una actividad física, y sentir ciertas molestias a nivel muscular que nos impiden llevar a cabo una rutina cómoda. Pues bien, esas molestias tienen solución. Solo hace falta un poco de espacio y perder la vergüenza que tienen algunas personas (sobretodo adultos) a la hora de adoptar unas determinadas posturas corporales. 

Gerda Alexander
                      El método que trataremos a continuación consiste en la Eutonía de Gerda Alexander. Si analizamos la palabra Eutonía nos encontramos con “eu”, bueno en griego, y tono, refiriéndose a nuestro propio tono muscular. Puede definirse como la búsqueda del equilibrio de las distintas tensiones que existen en nuestro cuerpo a través de unas determinadas  posturas parecidas a las utilizadas en el yoga. El objetivo que se pretende alcanzar es un equilibrio entre la conciencia de las sensaciones interiores y la apertura hacia el mundo exterior, así como que el individuo recobre la adaptabilidad de su tono muscular. 

                                      Se basa en la percepción corporal y consiste en un método individualizado (cada persona es distinta y tienda diferentes formas de adaptarse a una postura). Buscaremos con ello la vuelta al bienestar del sujeto. Para ello, además de unos pequeños masajes y estiramientos de la piel, proporcionaremos a nuestro cuerpo una serie de movimientos pasivos que serán determinantes para lograr la Eutonía. Para determinar los puntos de mayor tensión muscular y así poder relajar dichas zonas, se presentan una seria de posturas idóneas para ello:  
1: De rodillas, sentado sobre los talones, con los dedos de los pies flexionados y en contacto todos ellos con el suelo, proyectar el peso corporal sobre ambos talones juntos
2: Igual que la anterior, pero con los pies extendidos
3: En cuadrupedia, cruzar ambas piernas y luego sentarse sobre ellas, distribuyendo por igual el peso del cuerpo entre los dos huesos de la cadera
4: Sentarse con piernas separadas, flexionadas y un pie delante del otro. Luego, flexionar la cadera hasta que la frente toque el suelo
5: Sentado, piernas flexionadas, cabeza sobre las rodillas y manos tomando la parte inferior de las tibias, extender lentamente las piernas hasta que toquen el suelo
6: Tumbado sobre la espalda, levantar las piernas flexionadas hasta que las rodillas toquen el suelo
7: Decúbito dorsal, manos cruzadas detrás de la cabeza, codos en contacto con el suelo, piernas  y plantas de los pies sobre el suelo, ambas rodillas caen a la derecha y a la izquierda, sin levantar los omóplatos
8: Tendido de costado, con las rodillas en el suelo, girar el tronco hasta que los brazos y hombros toquen el suelo manteniendo las piernas en la posición inicial.
9: Decúbito dorsal, con los brazos en “candelero”. Los dorsos de las manos deben tocar el suelo. Luego, rotando sobre el codo, serán las palmas las que estén en contacto con el suelo
                       Mediante la práctica de estas posturas corporales, que pueden resultar incómodas al principio, mejoraremos la percepción de nuestro cuerpo así como la identificación de las tensiones musculares que causan molestias en nuestro cuerpo.